Sobre los principios y finalidad del Grupo Basadre |
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Artículos |
Miércoles, 17 de Febrero de 2016 00:00 |
El estado nacional no ha dejado de existir y tiene tareas de gran importancia que realizar. Para tal empeño, su territorio no debe convertirse en centro de intereses transnacionales y menos aún de intereses económicos y empresariales de países con ambición expansiva. El gobierno del estado nacional seguirá siendo un interlocutor válido frente a autoridades políticas, económicas y culturales de distinto origen y el mejor representante de las poblaciones que se cobijan en su territorio, con las variedades multiculturales y étnicas que son especialmente importantes en países como el Perú. La riqueza material es condición necesaria pero no única para el logro de una vida plena. Ella debe estar acompañada de una educación de calidad, de una salud pública eficaz y de un control indispensable sobre las fuentes de producción contemporáneas. Fuentes de producción que se caracterizan por la creación de bienes inmateriales tales como el conocimiento y la producción cultural, la que desborda los límites de lo económico para producir nuevas relaciones sociales y formas de vida. El Perú ha terminado con la etapa de la empresa pública que llegó a dominar la vida económica del país. Durante la década del 90 se inició un proceso de privatización y de regulación cuyos beneficios son tangibles en algunos sectores, pero que no estuvo dirigido a crear fuentes de producción nacionales de tecnología y competitividad apreciables, y más bien dieron lugar a una presencia determinante de empresas transnacionales que actúan ahora frente a un estado poco representativo, que no se ha reformado, y que es avaro en el reconocimiento de la diversidad cultural y el potencial creativo del país. En ese proceso, lejos de regularse los flujos de inversión teniendo en cuenta los requerimientos de desarrollo y defensa nacional (como lo hacen los países industrializados y las democracias más modernas), se privilegia y promueve de manera indiscriminada la inversión procedente de Chile, precisamente en sectores y áreas vinculadas a la defensa nacional, tal como se denunció en el pronunciamiento publicado en el diario “La República” el 23 de octubre del 2006. La situación descrita, en nuestra opinión, no ha sido debidamente estudiada ni contrarrestada, lo que creemos es indispensable hacer ahora mismo. El grupo que hoy día fundamos no tiene por esa razón divergencias ideológicas ni posiciones excluyentes. Su solidez se asienta en que considera imprescindible la instauración de políticas de estado que trasciendan la problemática actual y que permitan plantear líneas de acción progresistas que tanto en lo económico como en lo cultural exijan la presencia de capitales nacionales, sean privados o públicos, en aquellas empresas y actividades que están ligadas a la conducta y autonomía de un estado democrático y representativo, premisa esencial para poder articular los intereses de la nación al interior del proceso de globalización. Todo ello sin dejar de luchar contra la pobreza todavía imperante y la vigencia plena de los derechos humanos, orientando y limitando los intereses extranjeros a niveles convenientes y no permitiendo que estos debiliten la actuación en la vida pública de las diversas organizaciones populares y representativas de la nación peruana, las que deben ser alentadas y fortalecidas. Esas son las conductas fundamentales que aspiramos con toda energía a promover dentro y fuera del estado para hacer realidad la promesa republicana de la que hablaba Jorge Basadre. artÍculo 5:La asociación tiene las finalidades siguientes: 1.- Estudiar y analizar de manera permanente las relaciones internacionales del Perú, particularmente las referidas a chile. 2.- Fijar posición pública sobre temas mencionados en el punto precedente, contribuyendo a que la ciudadanía tome plena conciencia sobre la necesidad de defender nuestros más altos intereses como nación dentro del mundo contemporáneo y en el contexto de la globalización en curso. |