Afirmación Geopolítica del Perú |
![]() |
![]() |
![]() |
Artículos |
Miércoles, 06 de Julio de 2016 12:27 |
“La Confederación debe desaparecer para siempre jamás del escenario de América, por su extensión geográfica; por su mayor población blanca; por las riquezas conjuntas del Perú y Bolivia, apenas explotadas ahora; por el dominio que la nueva organización traería de ejercer en el Pacífico, arrebatándonoslo; por el mayor número también de la gente ilustrada de la raza blanca, muy vinculada a las familias de influjo de España que se encuentran en Lima; por la mayor inteligencia de sus hombres públicos, si bien de menos carácter que los chilenos. “Las fuerzas navales deben operar antes que las militares dando golpes decisivos y, como consecuencia, debemos dominar para siempre en el Pacífico: ésta debe ser su máxima ahora, y ojalá fuera la de Chile para siempre.” Desde 1836 hasta el día de hoy, la Doctrina Portales ha definido la conducta de Chile con respecto al Perú y, la Guerra del Salitre, así como todas las acciones de confrontación llevadas a cabo por su cancillería y sus fuerzas armadas, pueden ser entendidas como la vigencia en estas del espíritu de la Doctrina Portales y del compromiso con su estricta aplicación: El Perú es un país soberano y un país digno que respeta a los demás países pero que también debe hacerse respetar. Somos ciudadanos de un país comprometido con la integración sudamericana en plena construcción de una nación continente, que es lo relevante, y que desea tener las mejores relaciones de Estado con todos los países del mundo y en especial de la región. Y esta voluntad es concordante con lo que fue el Perú en su condición de primera unidad geopolítica organizada el subcontinente sudamericano en sus orígenes, como una gran civilización indígena que tuvo como centro su territorio; y, posteriormente, en su condición de Virreinato del Perú como parte de la estructura política del Reino de España, con el mismo grado que tuvieron los virreinatos de Aragón, Portugal, Cataluña, Navarra y Valencia en la misma península y, Sicilia, Cerdeña, Nápoles y Milán entre otros, en el resto de Europa. “Unidad política que comprendía hasta corrido el siglo XVIII, todo Sudamérica, con excepción de una parte del actual Brasil.” [i] Sin embargo, por razones difíciles de entender el Perú no cuenta con una política de Estado permanente que concuerde con este pasado de predominancia y liderazgo geopolítico y se dirija a consolidar las ventajas de existir en un territorio que no solo goza de una ubicación privilegiada en esta parte del continente, sino que cuenta con tal cantidad y variedad de recursos naturales que, en conjunto, significan inmensas posibilidades de desarrollo económico y social. En concordancia con lo antes dicho, los miembros del grupo Basadre y muchos peruanos creemos que entre otras medidas posibles, ya es tiempo de concretar la relación física entre los océanos Pacífico y Atlántico que ha merecido diferentes estudios y propuestas, por medio de una infraestructura que minimice los tiempos y costos de transporte de los productos que transitan por Perú y Brasil. Decisión que permitiría generar nuevas oportunidades de negocio para empresas peruanas y brasileras, desde que a Brasil le interesa importar materias primas de las que no dispone como cobre, cadmio y zinc, presentes en el Perú, y que de este modo es posible desarrollar el comercio de productos, como soya, hierro, acero, calzado y azúcar entre otros, desde Brasil hacia el Asia-Pacífico, que se ha incrementado de forma significativa en los últimos años y, por lo tanto, contar con una efectiva salida hacia la costa del Pacífico. De otro lado, esta política de estado resulta muy importante para que prevalezcan los intereses del Perú en forma permanente, por las inmensas posibilidades de alcanzar seguridad, sostenibilidad y calidad de vida para los ciudadanos del Perú, y porque nos permitirá desbaratar de una vez para siempre la afrenta que significa la doctrina portaliana de los chilenos. Desde este punto de vista, alentamos al gobierno entrante y a las sucesivas administraciones del estado que las pongan en práctica y con esta finalidad, proponemos estudiar en detalle y definir en el marco de una visión de corto, mediano y largo plazo, las prioridades y el proceso de construcción de una infraestructura marítimo-portuaria, aeroportuaria, ferrocarrilera, vial y fluvial que vaya integrando en el menor tiempo posible el territorio nacional y los de Brasil y Bolivia, cuyos objetivos centrales expuestos en el último pronunciamiento publicado por el Grupo Basadre, serían los siguientes:
Lo que implica establecer un cronograma para los estudios, la aprobación de prioridades y la ejecución de obras en relación con los siguientes proyectos de integración económica y territorial interna y con Brasil y Bolivia, por medio de una infraestructura ferroviaria, fluvial y por carreteras según se determine en un plan de acondicionamiento del territorio, que no excluye la posibilidad de integrar otros proyectos que existan o puedan surgir en el proceso: NORTE 1) Puerto Bayóvar – Olmos – Zaramiriza – Iquitos – Putumayo - Ecuador y Colombia 2) Puerto Bayóvar – Olmos – Moyobamba – Pucallpa - Brasil
CENTRO 3) Puerto San Lorenzo – Callao – La Oroya – Pucallpa – Brasil SUR 4) Puerto Ilo – Corredor Transoceánico del Sur – Red vial y ferroviaria boliviana – Brasil – Paraguay - Argentina Los puertos de Bayóvar, San Lorenzo (Callao) y San Juan tienen aparentemente las mejores características para convertirse en mega puertos y por el costo se debe escoger uno, al menos en el escenario actual. Se tiene entendido que sería posible con los medios tecnológicos actuales construir un megapuerto en Ilo, cuyo desarrollo resulta muy importante por lo que se explica más adelante. Sin embargo, esto no quita que la capacidad y oferta de servicios deben ser desarrolladas al máximo posible en estos cuatro puertos, así como en los demás de importancia para el transporte marítimo de carga y pasajeros. La infraestructura del norte permitirá reforzar nuestras relaciones con Ecuador, Colombia y Brasil; la infraestructura del centro hará posible el enlace con la del norte y el mismo Brasil; la infraestructura del sur forma parte del desarrollo de la macro región sur e integrará las poblaciones y economías ubicadas en el océano Pacífico con las del océano Atlántico, a través de Puerto Suárez ubicado en la frontera de Bolivia con el Brasil; y/o por medio de las vías de comunicación de Bolivia con el mismo Brasil, Paraguay y Argentina con quienes es vecino. En relación con el último eje de integración, resulta importante firmar el Protocolo Complementario y Ampliatorio de los Acuerdos de Ilo entre los gobiernos del Perú y Bolivia, que permitirá a Bolivia contar con una salida no autónoma al puerto de Ilo y con esta un importante acceso al Océano Pacífico. Al mismo tiempo, nuestro país se enlazará vialmente y con la red ferroviaria boliviana que conecta algunas localidades ubicadas en el este, oeste, norte y sur de su territorio, lo que permitirá acercar las economías y recursos de dos pueblos unidos por un pasado común. [i]Fausto Alvarado Dodero en “EL HOMBRE PERUANO”, I Simposium Interuniversidades “La intelectualidad y la realidad peruana. Mesa: El hombre peruano. Ponente Dr. Fausto Alvarado Dodero, magister en Historia con mención en estudios andinos por la Pontificia Universidad Católica del Perú y doctorando en Historia de América Latina por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla España. Manifiesta allí el doctor Alvarado que, “podemos afirmar, como unidad política el concepto Perú y su derivado Peruano, adquiere connotación nacional, si cabe el término, a partir de la instalación del Virreinato del Perú, con lo cual entra en la estructura política de la monarquía española con el más alto grado vamos a decir, ya que virreinatos también fueron Aragón, Portugal, Cataluña, Navarra, Valencia en la misma península y en el resto de Europa, Sicilia, Cerdeña, Nápoles, Milán entre otros. Sin embargo, no resultó fácil la identificación y el sentido de pertenencia, ya que el territorio del Virreinato Peruano, estaba a su vez, dividido en una serie de reinos menores que tenían identidad propia, por lo que todavía el camino de una integración recién empezaba a recorrerse. “Desde Pizarro hasta finalizado el siglo XVII, transcurrieron casi 170 años, en que sin duda alguna el virreinato peruano formó parte del imperio español en un conglomerado de reinos durante la vigencia de los Austrias, nunca como colonia, como muy mal hacen en utilizar este vocablo para referirse a este arco histórico, asumiendo las categorías que la historiografía anglosajona y francesa le han atribuido a sus relaciones económicas y políticas con territorios americanos que controlaban, así como conceptos económicos estructuralistas del siglo XX aplicados a realidades 200, 300 y 400 años atrás. “El nacimiento político del virreinato permitió ir paulatinamente identificando y reconociendo a un hombre peruano, como aquel nacido en este reino. El cambio viene cuando los Borbones desplazan a la dinastía de los Habsburgo a inicios del siglo XVIII y la Monarquía española emprende una serie de reformas, que estaban destinadas a formar una nación española en todo su imperio, con lo cual solo diferenciaría a nuestra gente por el continente de donde provendrían y así tendríamos a los españoles americanos y dentro de ellos encontraríamos al español americano peruano. También podemos decir que para España fue el tránsito de un conglomerado de reinos a un imperio, también llamado un proceso de reconquista, que en nuestro caso los virreinatos americanos amenazaban con superar económicamente, como ya varios historiadores han advertido, al propio reino castellano…” |