Sobre Jorge Basadre y la educación |
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Artículos |
Miércoles, 19 de Abril de 2017 18:08 |
Basadre había ingresado a San Marcos cuando esa casa de estudios vivía los albores de la reforma universitaria. Siendo uno de los más jóvenes actores estudiantiles, creía en la necesidad de una transformación de la universidad y se entregó a ese objetivo. Lo consideraba imprescindible para la transformación del país. Pero pronto las dirigencias del movimiento universitario comenzaron a abandonar las banderas de la reforma y preocuparse más por la política del país. Era el poder, la tentación del poder, lo que menguó el interés del movimiento y paulatinamente el impulso por renovar la universidad tomó otro cauce. Para Basadre, en cambio, la universidad no era un lugar de tránsito. Era un frente de acción en sí mismo, fundamental en la construcción del nuevo país. La mayor parte de la población peruana durante siglos marginada requería con urgencia de una educación que le abriera nuevos caminos, que la integrara más al futuro. El problema era que nuestro sistema educativo estaba en crisis tanto en su nivel básico como universitario. Para la mayoría de la población tanto su acceso como sus contenidos eran infranqueables. Ausente en buena parte del país, sobre todo las zonas más pobres, donde llegaba, enterraba más que promovía la creatividad de los estudiantes, mirando con desconfianza los saberes y cultura locales. Frente a esas limitaciones de nuestra institucionalidad educativa, la autoeducación de nuestra población alejada de la lectura se levantaba como una opción complementaria y reforzadora de la enseñanza formal. Eso significaba que había que llevar libros y lectura a todos los confines del país reforzando la colaboración y comunicación de la familia y la comunidad con la escuela y la región. Libros y lectura que respeten las lenguas y cultura local, que despierten la creatividad mostrando que no hay un solo camino sino muchos para resolver las cosas. En suma, libro y lectura devienen en las dos caras de un mismo desafío nacional que es imperativo domeñar. Para Basadre en cierto modo esa dualidad, educación y autoeducación, se convirtieron en la matriz de su trayectoria profesional, ciudadana y personal. Así, de un lado, con entusiasmo enseña en la escuela secundaria y en la universidad los rigores de la educación formal y al mismo tiempo, fortalece las bases de la autoeducación: se convierte en bibliotecario. Lleva libros a la población. Es decir, de un lado atiende en el aula los rigores de la investigación científica y al mismo tiempo se prepara profesionalmente para cumplir su apostolado de la autoeducación. Pero difundir la autoeducación exige también los rigores del trabajo académico. El mismo se hace bibliotecario y crea la primera escuela de bibliotecarios. Su primera beca en el extranjero no es para estudiar historia sino para perfeccionarse en bibliotecología. Ese espíritu lo lleva a ser Director de la Biblioteca Nacional. Y cuando fue Ministro de Educación, no dejo de apoyar las dos caras de la moneda. En suma, Basadre no solo es el intelectual que expande con rigor las fronteras de nuestro conocimiento histórico sino que al mismo tiempo hace lo imposible para que esos saberes lleguen más allá del consabido y pequeño cenáculo cultivado de siempre; que toquen también la puerta de esa inmensa mayoría de peruanos que aún no cruza las estrechas fronteras del lenguaje escrito. Esta preocupación por el conocimiento científico riguroso y al mismo tiempo por estar atento a la educación y a la autoeducación de la mayor parte de nuestra población, se expresa en todos las dimensiones de su vida. Los textos que escribe de alguna forma también expresan ese decurso. Por un lado tenemos rigurosos libros de investigación histórica condensados sobre todo en su monumental Historia de la Republica. Pero de otro, están los mensajes, los desafíos, las grandes preguntas, las tareas pendientes, expresados en publicaciones como La Multitud, la ciudad y el campo en la historia del Perú; Meditaciones sobre el destino histórico del Perú; Mensaje al Perú; Materiales para una Nueva Morada; Perú, problema y posibilidad, etc. Qué suerte atravesar las agitadas aguas de la República llevando las coordenadas que su decurso que nos ha dejado. Basadre es un paradigma, un adelantado en la inmensa y preliminar tarea que nos espera: bregar duro para que en la construcción del futuro participemos todos con lo mejor de nuestros empeños y talentos. |